miércoles, 23 de febrero de 2011


Foto mía con el shiisa macho, reforzándolo en la caja de la camioneta que lo trasladaría al Centro Okinawense.

El proceso total de ambas esculturas llevó dos años de trabajo.

Fotografía del traslado de las esculturas, en julio de 1998, hasta su emplazamiento definitivo, en el Centro Okinawense en la Argentina (Av. San Juan casi esquina Av. Jujuy).

Aspecto del shiisa macho terminado, también de 1,80 m de altura. El proceso es similar al que sufrió la hembra.

En este caso, el macho tiene la boca abierta, para ahuyentar a los malos espíritus.

En la pareja, se ubica siempre el shiisa macho a la derecha y a la hembra a la izquierda.
Escultura del shiisa hembra terminada. El color es el definitivo,
obtenido luego de cerca de 10 manos de percloruro de hierro.
Tiene 1,80 metros de altura.

La hembra de esta figura mitológica okinawense se caracteriza por posar con la boca cerrada, símbolo de proteger las buenas costumbres de la casa.

En esta fotografía, se puede observar ya el cemento finalizado (terminación fina) con su primera etapa de color en marcha.
El tinte es percloruro de hierro.
Esta foto muestra un paso más avanzado aún, donde el material desplegable fue recubierto por trapos embebidos en cemento, y la textura que se observa corresponde a la primera etapa del cemento (terminación gruesa).
Acá vemos una segunda etapa del proceso, con la estructura de hierro de las esculturas recubierta por material desplegable.

Proceso creativo de la pareja de Shiisa del Centro Okinawense en la Argentina

Esta foto es la primera de una serie que publicaré sobre el proceso creativo de dos esculturas (llamadas "shiisa") que realicé por el encargo de la artista okinawense Hiroko Kimura para el Centro Okinawense en la Argentina.

Podemos ver que se trata de una etapa muy temprana del desarrollo de la escultura; la técnica que utilicé se conoce como "cemento directo" y consta de una estructura de hierro y alambre.